Nacional

La sombra de Ayotzinapa se cierne una vez más sobre el gobierno de AMLO tras el “portazo” en Palacio y la muerte de otro normalista

La muerte del estudiante normalista Yanqui Kothan Gómez Peralta a manos de policías de Guerrero ha abierto un nuevo flanco para el presidente Andrés Manuel López Obrador en torno al caso Ayotzinapa, a seis meses de que concluya su gobierno y a días de que se inició el proceso electoral.

La nueva crisis comenzó el pasado miércoles 6 de marzo, cuando un grupo de normalistas derribó una puerta de Palacio Nacional con una camioneta de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) mientras se llevaba a cabo la conferencia matutina del presidente López Obrador, en protesta por haber sido ignoradas sus demandas de ser recibidos por el titular del Ejecutivo.

Ante esto, el presidente López Obrador acusó una “vulgar provocación” y dijo que las familias han sido manipuladas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

La respuesta al “portazo” llegó a la conferencia matutina siguiente, cuando aseguró que se reuniría con los padres de los 43, pero sin la presencia de sus abogados.

Esta condición fue rechazada de inmediato por las familias por considerar que los abogados han sido una parte fundamental en la lucha para esclarecer el caso.

La muerte del normalista

Un día después del “portazo”, la noche del jueves 7 de marzo, en el libramiento a Tixtla, elementos de la policía de Guerrero mataron a Yanqui Kothan Gómez Peralta, estudiante de la Normal Rural de Ayotzinapa, y detuvieron a su acompañante. En protesta, esa misma noche estudiantes quemaron una patrulla de la policía estatal.

Al día siguiente, el viernes 8 de marzo, se encendieron las alertas en Chilpancingo. Los trabajadores del gobierno estatal suspendieron labores, se cerraron los accesos al Palacio de Gobierno y se desplegaron camionetas blindadas, por temor a que hubiera protestas de normalistas, pero eso no ocurrió.

Sin embargo, las reacciones de rechazo de organizaciones civiles comenzaron a circular en redes sociales y medios de comunicación, y con más fuerza cuando la familia reveló que, contrario a lo que afirmaron los tres policías involucrados, los análisis determinaron que no había rastros de drogas ni de uso de armas en el cuerpo del joven.

Ejecución extrajudicial, acusó el padre Filiberto Velázquez, mientras que la ONU-DH lamentó la muerte del normalista y urgió a las autoridades mexicanas a investigar el caso.

El propio presidente López Obrador confirmó ese día en su conferencia matutina la muerte del estudiante y dijo que solicitaría a la Fiscalía General de la República (FGR), también encargada de investigar la desaparición de los 43 normalistas, que atrajera el caso.

“Fue un crimen de Estado”, acusan familiares de Yanqui Kothan y activistas

Desde Guerrero, el director del Centro de Derechos de las Víctimas de la Violencia “Minerva Bello”, el sacerdote Filiberto Velázquez y la madre del estudiante presentaron en conferencia de prensa el acta de defunción en la que se determinó que la muerte de Yanqui Kothan fue por un disparo que recibió en la cabeza, y acusaron que fue un crimen de Estado.

También acusaron que la camioneta en la que iban los estudiantes fue retirada del lugar sin que se hicieran los peritajes correspondientes.

Por la noche, la FGR anunció que ya había iniciado una carpeta de investigación sobre el caso. A esas alturas, los policías involucrados ya habían sido detenidos.

El sábado, la situación siguió escalando: la fiscalía estatal rechazó la versión inicial de la Secretaría de Seguridad estatal en el sentido de que los policías habían respondido a una agresión armada y dijo estar en espera de que la FGR ejerza su facultad de atracción.

Más tarde, el gobierno estatal respaldó lo dicho inicialmente por la Secretaría de Seguridad estatal respecto a que los elementos policiacos se habían presentado a declarar de forma voluntaria y pidió evitar que “este caso sea politizado a raíz de un evento fortuito”.

Llega la respuesta de los normalistas

En protesta por la muerte de su compañero a manos de los policías estatales, la noche del sábado normalistas de Ayotzinapa retuvieron a 10 elementos de la Guardia Nacional e incendiaron dos patrullas en la carretera Tixtla-Chilapa tras el sepelio de Yanqui Kothan.

Los guardias nacionales fueron llevados a bordo de autobuses por los estudiantes a la Normal de Ayotzinapa, lugar al que arribaron por la noche mandos de la Guardia Nacional para entablar un diálogo, tras lo cual los elementos de seguridad fueron liberados.

A las 2:00 de la tarde se llevó a cabo un homenaje de cuerpo presente en el que la madre del joven asesinado declaró que ahora es “una más de los 43” y llamó a las familias de las víctimas a no rendirse, no venderse, y a continuar con el movimiento por el esclarecimiento de los crímenes.

Gobierno de Guerrero inicia diálogo con los normalistas

Este domingo, el secretario de Gobierno de Guerrero, Ludwing Marcial, mantuvo un breve encuentro de cerca de 20 minutos frente a una tienda de autoservicio en Chilpancingo con los normalistas, quienes arribaron al sitio a bordo de dos autobuses.

Estos hechos ocurren nueve años después de la desaparición de los 43 normalistas en la ciudad de Iguala, Guerrero.

La falta de avances para hallar a los 43 normalistas, el respaldo al Ejército mexicano y la negativa a entablar un diálogo con las familias han caracterizado el actuar del gobierno de López Obrador, quien llegó a la presidencia con la promesa de justicia en el caso.

Latinus

Scroll to top