Agregó que su gobierno demostró que la unidad antinarcóticos estaba infiltrada por la delincuencia e incluso uno de sus líderes está siendo juzgado en Estados Unidos.
“Se puso orden y se tiene una relación de cooperación pero con respeto a nuestra soberanía”, dijo.
El grupo era una de las unidades de investigaciones especiales (SIU, por sus siglas en inglés) que operan en unos 15 países y que los funcionarios estadounidenses consideran invaluables para desmantelar poderosas redes de contrabando y atrapar a innumerables capos de la droga en todo el mundo. Las SIU son entrenadas por la DEA, pero están bajo el control de los gobiernos nacionales.
El cierre, según Reuters, podría resultar costoso en las calles de Estados Unidos, donde las autoridades luchan por reducir un aumento en las sobredosis que el año pasado provocó más de 100 mil muertes, en su mayoría vinculadas a una nueva ola de drogas sintéticas producidas por cárteles mexicanos.
El equipo de élite, fundado en 1997, fue el principal conducto para que la DEA compartiera con el gobierno de México pistas sobre envíos de drogas e indicios obtenidos en suelo estadounidense.
El presidente López Obrador agregó que el gobierno estadounidense sabe perfectamente que “nosotros no tenemos relaciones de complicidad con nadie” y que debe existir una relación bilateral de igualdad.
Asimismo, consideró que la cooperación con la Casa Blanca en temas de seguridad debe ser basada en el intercambio de información y la aplicación de operativos conjuntos cuando les convenga a los dos países.
“Lo saben perfectamente y entonces son relaciones respetuosas. El presidente Joe Biden es muy respetuoso de nuestra soberanía, siempre hablando de eso, de un pie de igualdad. Y bueno hasta los mismos estadounidenses del gobierno y los expertos entienden la nueva política y la nueva relación”, dijo.
Por último, estimó que quienes se quedaron acostumbrados a mantener una relación con Estados Unidos de subordinación son los internacionalistas mexicanos.
Roxana González | El Sol de México