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Sergio a sus 13 añitos trabaja elaborando ladrillos para ayudar a su bisabuelita

Aunque a Sergio Giovanni con 13 años de edad gusta de jugar futbol en la calle frente a su casa, sólo puede disfrutar de su infancia los domingos, mientras que de lunes a sábado está obligado a trabajar en una fábrica de ladrillos en la localidad El Castillo con horario de 09:00 a 16:00 horas.

Por día elabora entre 50 y 100 ladrillos, el niño quisiera tener amigas y amigos, pero el tiempo apenas es suficiente para llegar a la casa de su bisabuela, tomar un baño, comer, cenar, y sentir cada noche un cansancio que le impide sostener los ojos abiertos.

“No puedo estudiar porque tengo que trabajar en una galera haciendo ladrillos; en una cosa un caballo está dando vueltas y ahí se hace el carro, luego lo echamos en una carretilla, ahí le hacemos la forma, esperamos a que se seque, y luego se meten al horno” explicó.

A su corta edad Sergio – vecino de la zona conocida cómo El Plan perteneciente a la localidad El Castillo de este municipio- reconoce qué si no trabajara, tendría energía para jugar con los vecinos por la tarde, pero su cuerpo le pide dormir a las nueve de la noche.

El día comienza a las seis de la mañana, toma café con pan, ayuda a cargar cubetas con agua para que su bisabuela pueda realizar las labores de limpieza en la casa, y sale a las 08:30 rumbo a la fábrica de ladrillos.

“Nos pagan dependiendo lo que hagamos, a veces por semana gano 500 pesos, lo máximo, lo máximo que he ganado son mil pesos pero termino muy, muy cansado; mi dinero es para ayudar a mi bisabuela, o a veces si nos alcanza me compró una ropa”, explicó.

Si la familia hubiera preguntado a Sergio ¿Qué quieres, estudiar o trabajar en la elaboración de ladrillos? Él asegura que habría respondido ir a la secundaria, tener amigas y amigos, jugar futbol, leer libros, tener un celular pero nadie tomó en cuenta su opinión, solamente supo que el paso siguiente después de la primaria no era un salón de clases.

“¿Estudiar? No sé si pueda. Es que a mi nadie me apoya; yo mínimo quisiera secundaria y terminar el bachillerato de mínimo. ¿Una profesión de arquitecto, ingeniero? No, no he soñado con eso porque no tengo apoyo de nadie de mi familia, nadie me quiere, nada más estamos solos mi bisabuela y yo”, afirma Sergio de forma seria, sin expresar tristeza.

Para Sergio y otros niños con edad de entre 12, 13 y 14 años que habitan en la localidad El Castillo, el asistir a trabajar a las “Galeras” es la única opción para continuar con la vida.

“Me paro a las seis o siete de la mañana, mi bisabuela me tiene la comida preparada, luego me pongo la misma ropa porque en la galera hay mucho polvo se nos mete a los ojos, la ropa se maltrata; luego hace mucho sol, me llevo mi botella de agua, y salgo y me voy a la casa de mi bisabuela.

Sergio Giovanni cree que no tiene amigos porque los niños de su edad asisten a la escuela, mientras que él se dedica a trabajar en las galeras, porque su padre se fue a vivir “quién sabe a dónde, está en un estado del norte”, y su madre y su hermana laboran en la ciudad de Veracruz.

“Yo trabajo, no tengo tiempo de hacer amigos, pero no quiero amigos, yo quiero estudiar, terminar el bachillerato, tener un trabajo juntar dinero y poner un negocio para vender ropa, así no me cansaría tanto, pongo mi negocio de ropa y ya no tengo que andar haciendo ladrillos”, refiere y al mismo tiempo trata de limpiar la sangre que sale de una corta en la pierna a consecuencia de rascarse las ronchas generadas por picaduras de mosquitos.

Sergio sentado sobre una bicicleta que le prestaron para darse una vuelta en el parque de la localidad El Castillo, pidió ayuda para que si alguien conoce al gobernador de Veracruz (Cuitláhuac García Jiménez) le digan que él quiere estudiar pero no puede porque no tiene dinero, “quiero ver si me da una beca, que me ayude, yo sólo quiero estudiar”.

Matraca pide a los gobiernos y sociedad civil el respeto a los derechos de niños, niñas y adolescentes

La sociedad y el gobierno violentan los derechos a la educación, la salud, la seguridad y el esparcimiento de los Niños, Niñas y Adolescentes que son obligados a trabajar para ayudar en la economía familiar, señaló la procuradora del Área de Vinculación del Movimiento de Apoyo a Niños Trabajadores y de la Calle Asociación Civil (Matraca) Josefina Castrejón Holguín.

Cada niño o niña que está en las calles por trabajo es expuesto al peligro, cuando debería estar en espacios seguros cómo la escuela aprendiendo de sus maestros, o en casa con alimentos y descanso.

Castrejón Holguín expuso “lo que pedimos a la sociedad civil y al gobierno el respeto, el respeto a la población de niños trabajadores para que los miren cómo sujetos de derechos, son niños, niñas que tienen derechos y muchos de la sociedad y del gobierno violentan sus derechos”.

Trabajar en las calle priva a los niños, niñas y adolescentes de la posibilidad de asistir a clases, y ante las mínimas posibilidades económicas de sus familias son obligados a abandonar las escuelas.

“Un niño trabajador contribuye con el gasto familiar, muchos adolescentes ya son padres o madres y tienen que trabajar para alimentar a sus hijos, por eso en Matraca los enseñamos a tener cuidados y protección y responsabilizarse de su sexualidad” afirmó.

Es en las comunidades y colonias de la periferia de Xalapa, y municipios vecinos de Coatepec, Xico, Teocelo, Banderilla, Emiliano Zapata en dónde Matraca ha tenido registros de niños, niñas y adolescentes trabajadores en las calles, y que han abandonado las aulas.

En ocasiones llegan a Matraca menores con edad de 13 años convertidos en padres y madres, y en esos casos la Asociación ayuda y orienta para que utilicen algún método anticonceptivo que los ayude a no tener más embarazos.

“Ofrecemos talleres de sexualidad para acercarles información, capacitarlos porque muchos se informan en redes, internet, familiares, pero no, queremos que tengan la certeza de no embarazo, porque empiezan la sexualidad a los 12 años”.

Desde Matraca, dijo Castrejón Holguín hacen el llamado a la secretaría de Salud y Dirección de Servicios de Salud para que hagan valer el derecho a la salud de los niños, niñas y adolescentes a fin de prevenir embarazos a su corta edad.

“Nos llegan con embarazos, los ayudamos con el Sector Salud, los canalizamos y obligamos al gobierno a valorar y respetar el derecho a la salud de los niños y niñas”, dijo.

Informó que Matraca atiende a casi 500 niños, niñas adolescentes que laboran en tianguis, supermercados, cruceros de calles con venta de golosinas o flores, y otros más realizan trabajos pesados cómo cargar bultos en construcciones de la ciudad.

En la actualidad, Matraca no tiene registro de niños, niñas y adolescentes que vivan totalmente en la calle, sino que viven con sus familias, salen a laborar en el día y por las noches regresan al hogar, sin embargo se viola su derecho a la educación y el esparcimiento.

En apoyo a los niños, niñas y adolescentes trabajadores de las calles, Matraca lanzó la Séptima Campaña de Útiles Escolares 2024, con el objetivo de invitar a la sociedad a donar libretas, mochilas, colores, libros, lápices, gomas, plumones, juegos de geometría y lapiceros entre otros artículos.

“Estamos presupuestando un paquete de útiles en 550 pesos y siendo mínimos, sin marcas, sin exigencias de los profesores. Pedimos conciencia a los profesores que piden marcas, colores. Ninguna marca garantiza que un niño aproveche más la escuela” indicó.

La campaña inició el 16 de abril y finaliza el 30 de agosto del 2024, y la meta es recolectar 450 paquetes de útiles escolares para posteriormente donarlos a estudiantes que habitan en seis colonias de la periferia de Xalapa.

Matraca elabora cupones canjeables para repartirlos a Niños, Niñas y Adolescentes que trabajan en cruceros de calles, en seis mercados ambulantes fijos y semifijos de la ciudad y en las colonias Veracruz, Plan de Ayala, Luis Donaldo Colosio, El Moral, Niños Héroes, Miguel Alemán.

AVC/Verónica Huerta

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