Al Mandhari indicó que la inseguridad “restringe la circulación en Jartum”, lo que dificulta el acceso de médicos, enfermeras, pacientes y ambulancias a los centros sanitarios, y pone en peligro la vida de quienes necesitan atención médica urgente.
A fecha de hoy, según el Ministerio de Sanidad, 20 hospitales se han visto obligados a cerrar debido a los ataques o a la falta de recursos, y otros ocho centros de salud corren el riesgo de cerrar debido al cansancio del personal o a la falta de médicos y suministros, afirmó el responsable omaní.
Sin embargo, el Sindicato de Médicos de Sudán aseguró hoy que el 70 % de los hospitales situados en Jartum y en los estados aledaños al conflicto se encuentran fuera de servicio: “De los 74 hospitales en la capital y los estados aledaños a las zonas de combates, 52 hospitales se encuentran fuera de servicio”.
“Pedimos a todas las partes que pongan en marcha una pausa humanitaria sostenida lo antes posible para que las personas atrapadas por los combates puedan buscar refugio”, aseveró Al Mandhari.
La OMS también destacó que actualmente circulan por el país “múltiples brotes de enfermedades, como el sarampión, el poliovirus, el primer brote de dengue de la historia en Jartum y el aumento de los casos de paludismo en todo el país”.
Antes de la crisis actual, 15,8 millones de personas en Sudán -un tercio de la población- necesitaban ayuda humanitaria y ahora, están observando “un deterioro traumático de lo que ya es una situación humanitaria muy difícil”.
Sudán es uno de los siete países del Cuerno de África afectados por la inseguridad alimentaria y más de una cuarta parte de la población se enfrenta ya a una crisis alimentaria, según la OMS.