El colapso de un puente en la Línea 12 del metro capitalino, el pasado 3 de mayo, fue provocado “por una falla estructural asociada al menos a seis deficiencias en el proceso de construcción de la obra”, de acuerdo con el peritaje preliminar de la empresa noruega DNV, encargado por el gobierno de la Ciudad de México.
Así lo da a conocer esta mañana el diario El Financiero, que obtuvo una copia del documento, en el que se apunta a la soldadura de los pernos Nelson; porosidad y falta de fusión en la unión de pernos y trabe; falta de pernos en las trabes que conforman el conjunto del puente, además de diferentes tipos de concreto en la tableta; soldaduras no concluidas o mal ejecutadas, y “supervisión y control dimensional en soldaduras de filete”.
Parte de estas conclusiones fueron adelantadas el pasado domingo dentro del reportaje difundido por The New York Times en el que señaló fallas constructivas en la Línea 12, entre las que destaca la deficiente soldadura de los pernos.
De acuerdo con el reportaje firmado por David Saúl Vela e Ignacio Alzaga, “el análisis técnico-científico determina la deformación en las trabes, en patines y almas que las conforman; también identificó roturas en almas de las trabes, perfiles de ángulo y placas de conexión”.
El diario tuvo acceso a una versión previa del dictamen, que mencionó cuatro líneas de investigación en las que estaban incluidas la trituración de la losa de concreto, la influencia de cargas por el sistema de ferrocarril y la falta de mantenimiento de la infraestructura. Sin embargo, señala que en última versión fueron descartados estos elementos.
Agrega que “de la revisión física y documental aún está en proceso la información complementaria de algunos puntos, como los relacionados con posibles reparaciones y rehabilitaciones realizadas con posterioridad a la construcción, así como el impacto de la operación cotidiana sobre la estructura del Metro”.
Señala que operativamente la Línea 12 trabajaba en condiciones normales y como parte de sus actividades preventivas contaba con las evaluaciones de condición de ruedas metálicas.
“Los componentes de las vías, rieles, gabinetes y motores de interruptores se observan en condiciones normales, cumpliendo con los protocolos de mantenimiento rutinario”, asegura.
El documento de 58 páginas detalla también las acciones realizadas a partir del colapso de la trabe entre las estaciones de Olivos y Tezonco, lo que dejo un saldo de 26 fallecidos y decenas de lesionados.
El peritaje incorporó, además de la documentación oficial, testimonios del personal operativo del Metro como directores, gerentes, subgerentes, coordinadores, personal de seguridad institucional y operadores de los trenes.
Mediante imágenes, la empresa noruega documentó la deformación de vigas que conforman el puente de concreto-acero, así como las fracturas en la estructura metálica y el desprendimiento de los materiales de refuerzo.
En el caso de los pernos, el reporte indica que el peritaje menciona que a los pernos no se les retiró la protección cerámica para la ejecución de la unión entre el perno y la viga, lo que coincide con lo publicado el domingo por The New York Times.
“Presenta otras fotografías en las que se pueden ver que las trabes de acero tienen soldadura no concluida, con bifurcaciones, e incluso en algunas se observa la rotura total de la misma”, dice el diario.
DNV también detalló el descubrimiento de una varilla para reparar la junta entre dos trabes: “Al parecer esta unión fue realizada en sitio y quizá después de un ajuste de sus dimensiones para su montaje final, denotando deficiencia en la preparación y ejecución de la soldadura”.
Incorporó igualmente imágenes de 2020, en las que se aprecia la deformación de la estructura. “La inspección visual de las trabes de acero confirmó que se partieron aproximadamente a la mitad del tramo siniestrado”, dice el reporte.
Las líneas de investigación actuales se basan en si el diseño fue apropiado para el sistema de la Línea 12, si los materiales de construcción cumplieron con lo requerido por el diseño, si la propia construcción cumplió con lo requerido por el diseño y otros factores que pudieron contribuir con el colapso, como la operación, reparaciones y rehabilitaciones.
El diario detalla que la investigación de DNV aún se encuentra en una fase preliminar y faltan dos fases por realizar, “que incluyen la conclusión de la indagatoria sobre las causas inmediatas, así como el enfoque técnico para detectar fallas de raíz que todavía pueden solventarse para evitar nuevas tragedias”.
DNV afirma que “continuará con la revisión de las evidencias documentales y de partes en los diferentes procesos a efecto de determinar la relevancia de cada uno de dichos hallazgos, así como su contribución con el incidente”.